Un lugar donde todo es posible y la ilusión es el combustible...

lunes, 11 de octubre de 2010

El futuro es Ahora...


Me gustaría escribir una historia sin pasado ni futuro... sólo con presente:
Que el presente de hoy vaya forjando el pasado de mañana....
Que el presente de mañana sea el futuro de hoy...
Y así sucesivamente, día tras día.

Me gustaría escribir una historia no esperando que el reloj marque las horas ni viendo cómo pasa el tiempo... sólo observando el movimiento de las saetas en cada instante:
Que marque segundo tras segundo el presente que pronto se convertirá en pasado....
Que marque claro dejándome percibir que después del segundo presente vendrá un segundo futuro...
Y así de manera consecutiva, segundo tras segundo.

Me gustaría escribir una historia... pero las historias las escribe el momento presente.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Una lágrima por cada pensamiento alegre


Un día Susana se levantó de la cama con el pie izquierdo...
El sol brillaba pero una nube de malas vibraciones se aproximó a ella cual feroz león sediento de sangre humana. Y cuando pensaba que el día no podía ir peor... le cayó como un jarro de agua fría un tormentón de inconvenientes que escapaban a su control.

Al llegar a casa, Susana intentó esconderse del mundo como intentando que el día no empeorase: y no lo hizo. De repente entró por su ventana revoloteando jovial un hada diminuta, de sonrisa encantadora y una luz y un candor especial. Se hacía llamar Campanilla y tanto la escuchó que terminó por considerarla una amiga.

Pasado el tiempo y al hablar de la amistad el hada le dijo "No se puede explicar... la amistad es algo que atraviesa el alma..." Lo que Susana no terminaba de explicarse es cómo podía Campanilla saber cuándo entrar por la ventana para darle la chispita de alegría que necesitaba...


La amistad es cierto que no se puede explicar, pero se puede sentir y si Susana tuviese que derramar una lágrima por cada pensamiento alegre que su amiguita le había evocado año tras año, no habría consuelo para calmar su llanto.



Un día Susana se levantó de la cama con el pie izquierdo...

... pero alguien le ayudó a cicatrizar las heridas que a primera hora de la mañana le abrieron a zarpazos.

Gracias por todo, Campanilla



domingo, 3 de octubre de 2010

Un golpe de suerte



Como casi siempre que le ocurría algo crucial en su vida, Elisa subió a la terraza. Esta vez no había ocurrido un hecho como tal, lo que ocurrió había pasado tan sólo en su mente, un pensamiento que de repente se hizo firme a sí mismo. No necesitaba motivos materialmente palpables para estar convencida de que era una sensación fuerte: de manera inamovible estaba segura.

La terraza era su lugar mágico, algo especial tenía ese sitio que le hacía ver las cosas con otros ojos. Quizás era porque subiendo sola y teniendo como únicos e inertes testigos el viento, la luna y la nocturna ciudad bajo sus pies se podía ver a sí misma tal cual era. Sin ningún tipo de condicionante externo era, con diferencia, el único lugar donde podía pensar con claridad.
Extendió los brazos y pudo notar cómo el viento recorría cada uno de los poros de su piel, sintiendo una liberación alentadora. Acto seguido, se sentó en una de los muros que rodeaban la terraza y divisó lo que sobre y bajo ella había....
Intentó hacerse una idea de lo que otras personas podían estar viviendo en ese mismo momento, pero en ese instante sólo importaban sus sentimientos: claros y sinceros.
Sabía que una ardua tarea le aguardaba, pero visualizaba su objetivo y  tanto le atraía el reto que cada vez le parecía más sencillo alcanzarlo. Puede que quizás no más sencillo, pero sí más magnético.
Llamadlo casualidad si os parece lícito... Ella estuvo hace meses en el lugar adecuado en el momento oportuno: siendo ella misma y cociendo a fuego lento se fue abriendo ante sus ojos una puerta más que interesante.
Quizás sólo fuese necesario esperar para que terminara de abrirse.... Si creía estar haciendo las cosas bien... ¿por qué no iba a ocurrir?

Un golpe de suerte: tenía delante de sí por fin lo que tanto ansiaba... Sólo tenía que esperar el momento exacto, de la misma manera que el viento únicamente sopla cuando tiene que hacerlo...