Un lugar donde todo es posible y la ilusión es el combustible...

lunes, 22 de agosto de 2011

Hielo

En algún lugar entre las capas del hielo
 estaba yo.

Hace algunos años ya que escribí esto... el hielo marcaba mi vida y según entonces creía la de toda la humanidad...


"Me siento sola, tremendamente sola... tanto, que casi un desierto se abre a mis pies: un gélido y sombrío paisaje con un toque un tanto tétrico y espeluznante a la par que sereno. Una casi terrorífica calma que nubla mi pensamiento llena el vacío paisaje polar instalado en mi mente con el único propósito de crearme cierta paz interior.... yo diría que ganas, incluso, de quedarme sola en este mundo castigado por la incultura, la barbarie y el egoísmo humano..."

El mundo es un lugar peligroso y cruel, pero las buenas personas hacen de él un sitio menos difícil de habitar y cuando parece que es más oscuro, en invierno, con el frío... la luz es más especial si cabe.
Cuando halléis un lugar inhóspito, frio e inerte callaos y escuchad el viento. Si no ponéis de vuestra parte, ese sitio que podría ser maravilloso, no será más que una parcela incomprendida en el mundo.

sábado, 13 de agosto de 2011

Buon Giorno Pricipessa

Hace ya unas horas que amaneció y anoche olvidé bajar la persiana. Por mis tupidas cortinas se tamizan los rayos del sol y una profunda inspiración me despierta, pero me quedo acurrucada un poquito en la cama intentando conservar esa sensación del despertar de un buen día, después de haber descansado placenteramente....
"Buenos días mundo" me digo a mí misma justo antes de levantarme de la cama y me corre por las venas una dosis de energía positiva que me ayuda a incorporarme.
Al olor a tostadas, al sonido del vaso de zumo llenándose, al vapor del café con leche... también les doy los buenos días y cuando termino de desayunar con todo el ritual que ello conlleva vuelvo a mi habitación. Descorro las cortinas y abro la ventana para darle los buenos días con un poquito de reconfortante agua a las plantas que están sobre el alféizar de mi ventana, miro hacia arriba y desde mi ventana no se ve el sol, pero un magnífico azul cubre mi particular techo y le digo "buenos días cielo".....
No me cabe ya duda, llegados a este punto, de que va a ser un buen día y para salir definitivamente del estado de letargo del que conservo algunos efectos voy a lavarme la cara. En ese momento, justo en el momento real de despertar me miro al espejo y oigo una voz muy lejana que parece estar paradójicamente susurrándome al oído: "buenos días, princesa"

domingo, 7 de agosto de 2011

El refugio

Con mucho cariño para A. S.

Mucho tiempo llevaba Edith levantándose por las mañanas buscando con desesperación un motivo por el que hacerlo. Noches en vela, dando vueltas en la cama y sin dejar de pensar eran incondicionales compañeros de su malestar. Uno de esos días en que no podía dormir decidió salir a dar un paseo hasta que los párpados cayeran por su propio peso, hasta que el cuerpo y la mente dijesen "basta", hasta que su respiración y su pulso se relajasen........ hasta que pudiera dormir de verdad.

No tuvo que ir muy lejos, lo justo para encontrar algo que aportar a sus sentidos, lo justo para atisbar desde una distancia relativamente lejana una casa al final del camino, un camino que se veía interesante, agradable y sencillo de transitar. La casa parecía inhóspita desde la lejanía, no obstante tenía una fuerza que invitaba a Edith a entrar porque parecía tener algo que decirle. La sobriedad de su fachada tenía vida propia y parecía preludiar un interior sorprendente, misterioso pero encantador; y al mirar por el ojo de la cerradura se quedó con ganas de ver más.
Abrir la puerta no fue sencillo, tampoco le costó tanto como ella creía, pero parecía haber estado mucho tiempo cerrada y estaba un pelín atascada. Cuando entró se quedó prendada de la belleza del conjunto que componía cada estancia. Era acogedora, tranquila y cálida, muy cálida. A cada paso, Edith descubría auténticas maravillas que no esperaba encontrar, era como un gran museo lleno de pequeños tesoros. Cuanto más veía más le enganchaba y más a gusto se sentía, acababa de encontrar su "sitio especial", el lugar donde nada ni nadie más allá de esas cuatro paredes importaba, el lugar donde refugiarse cuando necesitara encontrarse a sí misma.

Era un refugio muy especial, era su refugio y sin encontrar lógica a lo que sucedía cada vez que entraba en él, salía con los párpados entornados, los ojos brillantes, y la respiración y el puso cual manso estanque...